Se llevó a cabo en Rosario el primer contrato de alquiler en Bitcoin de la Argentina

Se llevó a cabo en Rosario el primer contrato de alquiler en Bitcoin de la Argentina
Fotografía: iStock

Los cambios introducidos en el mega decreto de Javier Milei no solo impulsaron la libertad contractual entre partes en los contratos de alquileres, sino también la modalidad de pagos y la libertad de elección de estos.

En un escenario lleno de fluctuaciones a nivel económico y financiero a nivel macroeconómico, la moneda virtual Bitcoin ha comenzado a dejar de ser vista y utilizada como instrumento de negocios y cotización y está comenzando a ser utilizada como moneda de pago en contratos tanto a nivel nacional como internacional.

Es en este caso que en la provincia de Rosario, Argentina, se ha llevado a cabo el primer contrato de locación en Bitcoin. Esta noticia se da a conocer luego de que la Canciller Diana Mondino haya confirmado que debido a la modificación normativa que regula la actividad contractual entre locatarios y locadores, en la Argentina, comience a ser válido contratos celebrados con método de pago por medio de criptomonedas.

¿Es esta una opción válida?

Es una opción válida. Ya que la libertad contractual permite que ambas partes puedan determinar un instrumento de medio de pago, en este caso el Bitcoin, el cual a través de la modificación de la normativa, pasa a ser un medio de pago válido para la celebración de los contratos de locación.

¿Es eficaz y eficiente la utilización del Bitcoin como moneda de pago en los contratos de locación?

Es eficaz ya que lo modalidad de pago está sujeto a un monto determinado, que este es la cotización. Respecto a la fluctuación de la misma es un riesgo financiero que ambas partes están sujetos y dispuestos a correr. Es decir, ante un inminente colapso del valor de la criptomoneda, las partes podrían regular en el contrato de locación, una alternativa al pago o garantía que cubra dichos riesgos contractuales.

Respecto a la eficiencia de dicha moneda, también alcanzará la meta buscada ya que al tratarse de un instrumento de pago atado a las fluctuaciones de índole internacional y no a los vaivenes económicos argentinos, es mucho menos probable que estos generen condiciones desfavorables para ambas partes en el corto plazo.